miércoles, 12 de diciembre de 2018

Bitácora viaje Verano 2018. Parte 2: Francia

Bitácora de viaje Verano 2018: España-Francia-España

Parte 2. Sur de Francia

Iniciamos esta aventura el 7 de julio en Sevilla, ya cruzamos España de sur a norte y luego, por la costa del mar Cantábrico, hasta Francia (Parte 1). Ahora cruzaremos todo el sur de Francia, desde el Cantábrico hasta el Mediterráneo y estas son las impresiones y apuntes de esta parte del viaje.

16, julio
El viaje desde San Sebastián hasta Toulouse, de unos 480 Km, lo hicimos en algo más de 6 horas, porque por un descuido nuestro, el navegador evitaba los peajes y autopistas, fallo que resultó simpático porque cruzamos la campiña, la “Francia profunda”, por caminos vecinales que pasan entre pueblitos semiabandonados y pequeñas comarcas. Llegamos a Toulouse al caer la noche y paramos en un camping en las afueras de la ciudad. Nos alcanzó el tiempo para un breve paseo por el centro de la ciudad, cenar en una simpática plaza y, al filo de la medianoche, casi perdimos el último bus de retorno al camping.

17, julio
Después de una buena ducha y un desayuno suculento, retornamos a Toulouse en una combinación de bus y tranvía. Actualmente se la considera una Tecnópolis especializada en aeronáutica e industria aeroespacial, telecomunicaciones y medicina. Es la cuarta ciudad de Francia con más de 1 millón de habitantes.
Su historia urbana se inicia en el primer siglo de nuestra era con la conquista romana, de donde viene su nombre, para seguir con los visigodos a la caída de Roma y posteriormente, en el s. IX, pasar al reino franco de Aquitania. La estructura urbana del centro mantiene sus calles estrechas y sinuosas.

Toulouse es apodada la “Ciudad Rosa”, por su arquitectura en ladrillo visto que le otorga ese peculiar color, al tiempo que deja visibles las estructuras portantes de sus edificios. Los españoles constituyen uno de los grupos mayoritarios de población extranjera de la ciudad y provienen del exilio de la guerra civil de España y en los años del franquismo la nombraron la Capital de la República. Hasta ahora, la CNT española, de orientación anarco sindical, mantiene su sede en Toulouse, en la 4 Rue de Belfort.

Ya por la tarde partimos y logramos nuestro segundo objetivo: alcanzar el Mediterráneo, que lo hicimos en Montpellier. Cruzamos el sur del Continente de oeste a este, desde el Cantábrico. A las 10 de la noche llegamos a Tourves, donde nos esperan cálidos y amables Els y Alan, con los brazos abiertos, una reparadora cena y una generosa copa de buen vino francés.

18 al 22 de julio
Renatita requiere reposo y qué mejor que en la casa de Alan y Els, en Tourves. Agradable compañía, buen vino y excelente comida, clima agradable y paseos a las ciudades cercanas. Todo un descanso de gran calidad y sobre todo calidez.

23 julio
Organizamos un circuito de 6 días. Partimos pasado el mediodía rumbo a Avignon y parqueamos en un camping privado a orillas del rio Rhone, muy cerca al famoso puente, por siglos inconcluso, y que me trae a la memoria una canción del colegio: “Por el puente de Avignon, todos bailan todos cantan, yo también”.
Al finalizar la tarde paseamos a pie por la ciudad, donde nos llamó la atención el Palais des Papes y el hermoso parque Rocher des Doms, sobre una colina que domina la ciudad y que nos trae a la memoria el Montículo de La Paz, salvando las diferencias.

Avignon, es la capital de Vaucluse (Provenza-Alpes-Costa Azul). En ella residieron siete papas desde 1309 hasta 1377 y este período se conoce como del “Papado de Avignon”. Se mantuvo bajo el control papal hasta 1791, cuando pasó a formar parte de Francia.
De la época papal data el Palais des Papes, una edificación gótica con algo más de 15 mil metros cuadrados construidos. El centro de Aviñón fue reconocido en 1995 como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Por la noche nos adentramos entre sus calles y su famoso festival de cultura, pero no entramos a ningún espectáculo porque esta noche es del teatro y el idioma es una barrera, así que disfrutamos de la música y los saltimbanquis callejeros, de los que gozamos en especial de una muchacha que cantaba dulces baladas acompañada solamente por su gigantesco contrabajo.

24 julio
Nos tomamos el día en Avignon y por la tarde salimos a Les Baux-de-Provence, un pequeño pueblo de arquitectura medieval construido en piedra en la cima de una colina de rocas bastante agreste, de la cadena montañosa Alpilles o pequeños Alpes, por lo que tiene vistas privilegiadas del valle de la Fontaine.
Por todo el pueblo no permiten vehículos de ningún tipo, solo se puede caminar por sus estrechas calles empedradas, sinuosas y con fuertes pendientes, así como por sus pequeñas plazas y terrazas, que son miradores, todo este espacio público está rodeado de arquitectura medieval y renacentista.

Luego del paseo, nos fuimos al centro cultural Carrierres des Lumieres, muy cerca de Les Baux-de-Provence. Este centro cultural, que se puede definir como “arquitectura subterránea” si existe tal cosa, está al interior de una cantera de piedra caliza, que se explotaba desde socavones que se amplían en galerías de enormes dimensiones bajo tierra. A su abandono como cantera, fue transformada en un impresionante centro de exposiciones multimedia, que incluye programas de conciertos en vivo de diversos géneros de música, muy demandados por un público que llega desde el exterior.

Con música envolvente de gran calidad acústica, las exposiciones son proyectadas por 70 video proyectores sobre los pisos y muros de piedra, que alcanzan hasta 14 metros de altura, cubriendo unos 6.000 m2 de superficie de proyección, según la información proporcionada por el centro. A nosotros nos tocó ver dos exposiciones con una sola entrada:

La primera, de 1 hora de duración, con el sugerente nombre de “Flower Power”, sobre el arte hippie y pop de los años 60 y 70, abarcando tanto la producción gráfica, como la de música rock. Por supuesto nos trajo muchos recuerdos de nuestra juventud y también temas de reflexión de lo que significó esa época para occidente en general y para nosotros en particular.
La segunda exposición, también de 1 hora, mostraba la obra de Picasso y de los maestros españoles anteriores a él, y que presumiblemente lo influenciaron. Las obras de cada maestro eran acompañadas con música clásica de su época, pero nos hubiera gustado que pusieran referencias o explicaciones sobre las obras de los pintores españoles mostrados. La obra de Picasso, acompañada de música española y francesa de su época, era alternada con fotografías y filmaciones de él realizando sus obras, muy ilustrativa para quienes tenemos alguna idea de arte, pero por la falta de referencias, resultaba confusa para quienes no conocen su obra y su contexto. Esta segunda exposición, nos hizo reflexionar acerca de la preferencia de Picasso de vivir prácticamente toda su vida en Francia y no volver a España, aún después del franquismo.

Saliendo de la exposición, decidimos quedarnos en el parqueo de Carrierres des Lumieres. Instalamos nuestra mesita frente a unas esculturas contemporáneas expuestas al aire libre, para merendar y conversar sobre lo visto y sentido en las exposiciones, hasta el borde de la medianoche. Nos fuimos a dormir acompañados de un intenso grillar en el bosque que nos rodea, que no paró hasta el amanecer.

25 de julio
La llegada desde temprano de visitantes al centro cultural Carrierres des Lumieres, nos obliga a partir hacia Arlés. En el camino nos desviamos a la Abadía de Montmajour, ubicada sobre una colina y construida en piedra hace unos mil años por monjes benedictinos en estilo románico, con grandes arcos y cupulas de piedra.

El conjunto, que por la pendiente se desarrolla en varios niveles y al borde de barrancos rocosos, tiene una ermita del s. XI, el monasterio medieval del s. XII, la torre vigía del s. XIV y el monasterio de principios del s. XVIII, cuando la revolución francesa expulsó a los monjes y pasó, primero a manos privadas y luego a la comunidad.
La restauración y su estado de preservación son envidiables y me dejan pensando en los avances de la ingeniería y arquitectura durante 7 siglos, reflejados en este conjunto, donde lo sobresaliente es su estructura y la ausencia de decorados, retablos o cuadros. Solo el edificio nos transmite toda su historia. Desde sus terrazas se dominan los valles que alguna vez fue dominio de los famosos y míticos Templarios.

A orillas del río Rhone está Arles, donde llegamos a media tarde, una ciudad que según los especialistas inspiró parte de la obra de Van Gogh. En ella, visitamos el “Musée Départemental Arles Antique”, que tiene una excelente colección arqueológica de lo que denominan “Cultura Mediterránea”, con esculturas, artesanías y joyería, barcos reconstruidos y excelentes maquetas de los principales edificios públicos de la expansión del imperio romano por esta región. El museo también cuenta con piezas griegas, porque la historia de la ciudad se relaciona también con la expansión de Grecia por el Mediterráneo.
Luego paseamos la ciudad y entramos al “Arenes de Arles”, un coliseo romano enorme y bien restaurado, que en la actualidad, curiosamente, es escenario de corridas de toros, incluidos toreros españoles famosos, reflejando la fuerte influencia cultural de España y los gitanos en esta parte de Francia. De allí fuimos al Teatro romano, que también está acondicionado para conciertos al aire libre en primavera y otoño.

El calor nos obliga a suspender el paseo y volver en bus al camper, para partir hacia la costa y playas del Mediterráneo, en Saintes-Maries-de-la-Mer, un pueblo en “Camargue”, donde aún nos alcanza el tiempo para bañarnos en el mar y pasear por el pueblo antes de cenar viendo el atardecer.

26 de julio
El camping donde dormimos es ruidoso y hacinado, por lo que desayunamos, nos bañamos en el mar y partimos hacia el puerto de Tiki, de donde salen barcos de paseo por la desembocadura al mar del río Petit Rhone (Ródano en español).

El paseo fue bonito, pero ya no es como en los recuerdos de Renatita, con las manadas de caballos blancos y toros negros corriendo libres por el campo. Ahora están en rebaños estratégicamente puestos y coordinados para las vistas y fotos de turistas, que se ponen en movimiento cada que llega el barco. Pero, aun así, no deja de ser un espectáculo especial.
Después del paseo, decidimos mudarnos a un camping a unos 2 kilómetros del pueblo, menos hacinado y más silvestre, ubicado a orillas del mar, donde nos bañamos desde el final de la tarde hasta la salida de la luna, disfrutando de una hermosa noche.

Camargue es un parque natural de marismas o humedales y lagunas saladas, ubicado en la desembocadura del Ródano al Mediterráneo. Se dice que cuenta con la mayor población de flamencos de Europa.

Es un sitio especial para los gitanos. El 24 de mayo vienen miles de gitanos desde Francia, España, Portugal, Centroeuropa y el mundo, en furgonetas, lujosas autocaravanas o carretas, como las de antes, para venerar la imagen morena de Santa Sara, no canonizada por la Iglesia, en procesiones que las abren grupos de jinetes sobre caballos blancos que al llegar al mar se adentran en las aguas del Mediterráneo.

Durante esta fiesta, en una capilla de Saintes-Maries-de-la-Mer, las mujeres gitanas, y solo ellas, eligen a la reina del año, que no es precisamente de belleza, sino de Las Gitanas. Detrás de esta fiesta existe una leyenda que cuenta que Sarah dio la bienvenida a la barca en la que llegaron a estas playas María Magdalena, María Salomé y María Jacoba (madre del apóstol Santiago), quienes huyeron de Jerusalén cuando comenzó la persecución a los seguidores de Jesús. La leyenda también cuenta que en 1448 descubrieron en Saintes-Maries-de-la-Mer las reliquias de María Salomé y María Jacoba, que aún se conservan.
Los huesos de María Magdalena, aún se guardan en la iglesia de San Máximo en Sainte Baume, que en un anterior viaje a Francia visitamos, así como las cavernas ubicadas en las montañas cercanas a San Máximo, donde supuestamente vivió hasta su muerte. A ellas se llega caminando por un empinado sendero.

27 de julio
Después del desayuno y otro baño matutino en el mar hasta el mediodía, partimos rumbo a Marsella, donde paramos solo una hora, en el Museo de las civilizaciones de Europa y el Mediterráneo -MUCEM-. El calor nos inhibe de pasear y suspendemos la visita a la ciudad. La dejamos para volver con Els y Alan en próximos días. Ya en Tourves, vimos el publicitado eclipse total de luna, pero en esta parte de Europa no fue tan espectacular porque la luna salió eclipsada y solo se pudo ver la segunda mitad del fenómeno celeste.

28 al 30 de julio
Pasamos dos días plácidos en Tourves. El lunes 30 visitamos con Els y Alan el MUCEM de Marsella para ver las exposiciones “Fan Tan” de Wai Wai, y la exposición del Oro.

El nombre Fan-Tan de la exposición tiene doble sentido: por una parte, se refiere a un tanque del ejército inglés que operó en Francia durante la Primera Guerra Mundial. Por otra parte, Fan-Tan también es el nombre de un juego chino parecido a la ruleta, de este modo, Wai Wai quiere mostrar en esta exposición, la relación entre China y occidente, llena de confusiones y malos entendidos, cuestionando nuestras formas de interpretación sobre nuestras ideas de ‘original’, ‘copia’, ‘arte’, ‘artesanía, ‘destrucción’ y ‘conservación’ a través de las 100 obras expuestas, sobre todo objetos cotidianos intervenidos para dotarles de otro significado.

Recordamos que una de las obras emblemáticas de Wai Wai es de arquitectura: el estadio “Nido de Pájaro” de Pekín que simbolizó los Juegos Olímpicos de 2008. Pero él es un artista disidente y crítico del gobierno chino, actualmente exiliado en Alemania. En agosto, pocos días después que visitamos la exposición, las autoridades chinas demolieron su casa-estudio de Pekín.

La segunda exposición, del oro, combina objetos arqueológicos, como máscaras funerarias, relicarios, objetos rituales y otros, con obras de arte moderno y contemporáneo, películas y documentos, que nos muestra y atestiguan sobre la fascinación por el oro que las civilizaciones del mediterráneo sentían, y aún sienten, desde hace más de tres mil años. Todo un recorrido de historia del arte a través del oro, objeto de lujuria y de conquista, símbolo de poder y riqueza, de expolio, tragedia y dolor.
El museo de las civilizaciones de Europa y el Mediterráneo -MUCEM-, construido en 2013, año que Marsella fue Capital de la cultura de Europa, es una espectacular obra del arquitecto marsellés Rudy Ricciotti, ubicado en el “Tunnel du Vieux-Port, Marseille”, junto al puerto de Marsella y antiguo Fort Saint-Jean, a los que se integra tanto desde las terrazas como desde los niveles de las calles y plazas circundantes.

Es una estructura de hormigón armado de secciones mínimas, gracias a la aplicación de las últimas investigaciones francesas sobre el hormigón con polvos de minerales, con un cubo de 72 metros de lado, junto a otro de 52 metros por lado, tratados para su acabado en tonos mate de gris oscuro, que evitan que el conjunto resalte excesivamente de su entorno. La mejor forma de visitarlo es caminando por sus rampas porque tienen muy buenas vistas del mar, del fuerte y la ciudad.

31 de julio
Partimos nuevamente, esta vez rumbo a Barjols, famoso por sus fuentes de agua en sus calles y plazas y de allí pasamos a Quinson, un pueblo medieval de la Alta Provenza, para visitar el Museo de Prehistoria, diseñado por Norman Foster, que conserva e ilustra las huellas dejadas de la vida de la Edad de Piedra, descubiertas en el sitio arqueológico de Gorges du Verdon.

El edificio, que no es grande ni monumental, aprovecha la pendiente del terreno permitiendo que el museo se pliegue en el paisaje. El borde excavado de trazo curvo está definido por un largo muro de contención de piedra seca que continúa la línea de un muro existente de la aldea y desemboca en el edificio para guiar a los visitantes hacia el vestíbulo de doble altura, que recuerda las cuevas. La pieza central de la exposición es una reconstrucción de las cuevas paleolíticas de Gorges du Verdon, que de otro modo serían inaccesibles.
De acuerdo con las especificaciones del edificio, el uso de aire acondicionado o calefacción son muy bajos, al igual que el consumo de energía para su iluminación, gracias a su diseño.

Seguimos a la represa de Bauduen y paseamos por el lago, de un paisaje hermoso, en una lanchita con motor eléctrico conducida por nosotros mismos. Dormimos en un camping cercano.

1 de agosto
Encontramos una linda playa en el lago en Sainte Croix de Bauduen y pasamos desde la mañana hasta media tarde, bañándonos en el lago. Luego cruzamos a la región de Ries, aún en Alpes de Alta Provenza, con la esperanza de encontrar lavandas en flor y tuvimos suerte al descubrir que todavía quedaban parte de las extensas plantaciones sobre los 600 metros sobre nivel del mar, todavía azules y violetas, con el aroma a lavanda aún en el aire. La lavanda es un verdadero símbolo de la Provenza que es una planta silvestre actualmente cultivada y que tiene gran demanda de la industria cosmética y aceites esenciales, que aún se elaboran por campesinos de la región, en pequeñas industrias familiares.
Seguimos hasta Moustiers-Ste-Marie, un pueblo fundado por monjes en el s. V, a los pies de un acantilado y ubicado en el parque natural del río Verdon. Esta topografía y la cascada ubicada en medio pueblo, le otorgan su singular encanto que invita a caminarlo, cosa que hicimos hasta el final de la tarde. Acampamos cerca de Aiguines, junto al lago Sainte Croix, en un parqueo público porque no había espacio en ningún camping.

2 de agosto
Después de desayunar nos metimos al lago pensando seguir viaje, pero el día y el lago estaban tan deliciosos… Por primera vez inflamos un pequeño bote que lo teníamos aún encajonado, nos calzamos zapatos para caminar en el agua y nos lanzamos a remar por cerca de cuatro horas y más de 2 Kilómetro por el cañón del lago, entre cientos de botes a pedal rentados, que parecía una romería en el agua.

Todo iba bastante bucólico, hasta que llegamos a una cascada y se nos ocurrió refrescarnos con una “duchadita” bajo el chorro de agua, muy agradable ciertamente, pero que casi hunde nuestro bote que se llenó de agua, provocando las miradas de quienes pasaban por nuestro lado en sus botes, las unas preocupadas, porque visto de afuera, con seguridad parecíamos una patera a punto de naufragar, y las otras divertidas ante esos viejitos a punto de naufragar. Remar era una tarea pesada por la cantidad de agua dentro del bote que nos llegaba hasta la cintura y nuestro avance era muy lento.
Llegamos a un punto apropiado para salir del lago, secar todas las cosas que se mojaron y vaciar el agua del bote. Total, nos divertimos como adolescentes. Secos y descansados, almorzamos y partimos hacia Tourves, con una breve pausa en Aiguines.

3 al 6 de agosto
Nuevamente en Tourves, cobijados con el calor y cordialidad que nos dispensan Els y Alan, además de Jo y su flamante esposa, Dunia, una bella muchacha francesa-marroquí. Su casa data del s. XVI, y está rodeada de un extenso jardín de árboles, frutales y flores, todo regado con el agua de su propio pozo.

Tourves es un pequeño pueblo típico del sur de Francia, de estrechas calles y construcciones de 3 y 4 plantas a dos aguas en sus cubiertas. Se encuentra en el departamento de Var, entre Saint-Maximin y Brignoles, su historia como centro urbano, se remonta al s. XI. A mediados del s. XVI, en la “Guerra de las religiones”, sus habitantes optaron por el protestantismo, lo que ocasionó que sean masacrados en 1562 por los ejércitos católicos. Durante la Segunda Guerra Mundial, fue un importante centro de la resistencia a la ocupación nazi.

Entre sus edificios patrimoniales, destacan las Ruinas del castillo Valbelle, que data de la Edad Media y que a lo largo del tiempo fue sufriendo notables modificaciones. En la actualidad, las ruinas del castillo y el enorme parque a su alrededor son públicos y es un sitio de encuentro y solaz de los habitantes de Tourves.
El día 5, los cuatro nos fuimos al museo de Arte Contemporáneo de Chateauvert y mientras tomábamos un pastis en el bar, se desató una tormenta que parecía tropical. De la exposición que vimos, sin cometarios

Día 6 de agosto, nos despiden de Els y Alan con un suculento desayuno. Y estamos nuevamente en la ruta, rumbo a Saintes Maries de la Mer, al camping que ya estuvimos. Allí, nuevamente disfrutamos del mar y la playa desde las tres de la tarde hasta las ocho de la noche.

En el camper, nos preparamos tallarines para cenar, acompañados de una copa de vino blanco y así concluir otro día bucólico.

7 de agosto
Saintes Maries de la Mer está delicioso, por lo que decidimos quedamos un día más.

8 de agosto
Sin prisa, pusimos rumbo a España y nos detuvimos en Montpellier. Parqueamos en Pompignane y tomamos el tranvía para irnos a pasear por el centro de la ciudad, donde vimos el Monasterio de San Pedro, que destaca por el extraño pórtico de su capilla sostenido por dos altas torres parecidas a un cohete. Al igual que muchas ciudades francesas, también tienen un “Arc de Triomphe” junto a un conjunto de edificios públicos de arquitectura de la época, creando un conjunto urbano armónico. Concluimos el paseo en el Acueducto de San Clemente.

Montpellier es una ciudad hermosa, amable y múltiple. Capital del departamento Hérault, su historia se remonta al s. X, cuando la fundó un señor feudal. En el s. XII ya era un centro comercial renombrado por sus vínculos comerciales en todo el mediterráneo, que a su vez propició una rica vida cultural que floreció dentro de la tolerancia entre musulmanes, judíos, cátaros y protestantes desde el s. XVI. Durante la década de los sesenta del siglo pasado, muchos franceses argelinos se asentaron en esta ciudad empujados por la independencia de Argelia.

Actualmente es una ciudad universitaria, siguiendo su tradición histórica, ya que sus primeras universidades datan de inicios del S.X, especialmente importantes en medicina. Esto también impulsa su importancia cultural, por su famoso Festival de Radio France et Montpellier de música clásica y jazz, así como por el Festival Internacional de Cine Mediterráneo de Montpellier.
La historia de esta ciudad refleja claramente el período feudal y monárquico de esta parte de Europa: Montpellier era parte de la corona de Aragón y luego de los dominios de Jaime III de Mallorca, quien finalmente, en 1349, la vendió al rey francés Felipe VI

Nos despedimos de Montpellier y paramos en Sète, que la callejeamos brevemente y disfrutamos un concierto de música tecno en uno de sus canales. Luego seguimos a Narbonne, paseamos su centro y admiramos su antigua catedral. Para pasar la noche fuimos a Peyriac de Mer, donde pernoctamos junto al lago, cerca de un pequeño puerto de pescadores. Merendamos dentro del camper, porque afuera hay muchos mosquitos sedientos de sangre.

9 de agosto
Apenas pasada la medianoche, parquearon junto a nosotros dos parejas que armaron carpas para dormir. Por su conversación nos percatamos que son chilenos, que viven en Cataluña, que trabajan en la recolección de desechos por cuenta propia, tema que propiciaba su intercambio de anécdotas, unas divertidas y otras tristes, reflejando las peripecias y penurias por las que pasan muchos latinoamericanos que llegan por estos lares en busca de trabajo.

El pueblo de Peyriac de Mer, donde desayunamos, tiene un paisaje hermoso junto a su lago de salinas, lleno de flamencos reunidos en grandes grupos. El lago puede pasearse por sendas de madera muy bien mantenidas, por rutas de 2 y 5 kilómetros que rodean el lago y las salinas. Las sendas parten y concluyen en el pueblo. De allí fuimos a La Côte Radieuse y pasamos hasta Saint Cyprien Plage, por una franja de tierra que divide el lago del mar y exhibe bellas playas a ambos lados. Pero no nos quedamos porque empezaba a llover con fuerte viento.
Nos dirigimos a España. Bajo una torrencial lluvia llegamos a la frontera, esta vez en el Mediterráneo, y recordamos que cuando cruzamos la frontera por el Cantábrico el pasado 16 de julio, también llovía torrencialmente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario