jueves, 4 de octubre de 2018

Apuntes breves sobre el Medio Ambiente Metropolitano


Apuntes breves sobre el Medio Ambiente Metropolitano

Publicado en Página Siete el 22 de enero de 2016
https://www.paginasiete.bo/opinion/2016/1/22/apuntes-breves-sobre-medioambiente-metropolitano-84148.html
Los actuales problemas ambientales son producto de la ligereza de los seres humanos en el arte de tratarla con esmero y respetar las leyes de la naturaleza. La norma básica de la evolución es que, cuando los seres vivos trabajan para su propio bien también lo hacen para el planeta, generando relaciones virtuosas, perdurables y mutuamente beneficiosas para ellos y el Medio Ambiente. Asumamos con realismo que los seres humanos no tenemos el poder ni la capacidad de salvar el planeta, premisa desproporcionada y antropocéntrica, pero también que está en nuestras manos evitar destruirnos a nosotros mismos.
Con los abusos de la tecnología, el crecimiento de la población y nuestros hábitos de vida y consumo, provocamos degradación de suelos, agotamiento de recursos naturales, acumulación de desechos, polución, destrucción de la biodiversidad, y en consecuencia el cambio climático, que en suma constituyen una amenaza para los humanos. La forma más segura de mantener y desarrollar nuestras civilizaciones y culturas, expresadas sobre todo en las concentraciones urbanas, es preservar y restaurar el Medio Ambiente.
Las ciudades son entidades asociativas naturales y sociales muy complejas, donde se dan consorcios, asociaciones, sociedades, simbiosis y competiciones, en interacciones donde participan activamente el Yo y el Nosotros. Ellas ya concentran más de dos tercios de la población mundial y en pocos años Latinoamérica será la región más urbana del planeta. En las regiones metropolitanas de La Paz, Santa Cruz y Cochabamba, actualmente vive prácticamente la mitad de población boliviana.
Pese a que las ciudades ocupan una pequeña porción de territorio en el planeta, continentes y países, por la cantidad y densidad de población que albergan, actúan como catalizadores que tienen la capacidad de transformar masas y transferir impulsos y energía al conjunto, acelerando los procesos de degradación ambiental desde lo local hacia lo regional y lo global. Lo que sucede en un lugar, afecta a otro sitio.
En las ciudades se realizan actividades y producen cosas que alteran las propiedades mecánicas de su ambiente inmediato, modificando la química y las cargas eléctricas del entorno, produciendo gases que afectan la reflectividad solar, la emisión infrarroja, y varias propiedades de transferencia y radiactividad del entorno urbano y su microclima. Incidimos y regulamos nuestro entorno natural, hemos transformado, y lo hacemos cada día, el ambiente geofísico y biológico. En la conurbación metropolitana de La Paz, bajamos cerros, cambiamos el curso de ríos, desplazamos seres vivos de su hábitat, importamos voluntaria e involuntariamente otras especies.
La intensa interconexión entre los ecosistemas metropolitanos, alteran su equilibrio interno amenazando su homeostasis natural e impactando en una región más amplia. Bastan los ejemplos de la contaminación de aguas del Río La Paz producida por la ciudad de La Paz, o del lago Titicaca producida por la ciudad de El Alto, para no extendernos en temas como la basura o el aire.
Uno de los resultados de estas alteraciones es el impacto en la modulación del microclima metropolitano, que antes de expandirse a escala global, tiene impacto directo en la misma ciudad. Los ejemplos mundiales son muchos, mientras que, en La Paz, reporta la Secretaría de Medio Ambiente del Municipio, la temperatura promedio aumentó en 0,5 grados centígrados en los últimos años.
Comprender los problemas ambientales a escala metropolitana, nuestro entorno y responsabilidad cercana, llegar a las conclusiones correctas y plantearnos quehacer al respecto, nos permitirá ver nuestra metrópoli semejante a sistemas vivos, y nos puede ayudar a encontrar miradas renovadas al cómo se organizan y controlan a sí mismos sus subsistemas, tanto los biológicos y geofísicos, como los sociales, económicos, culturales y políticos.
Ya no hay excusas para jugar de espectadores críticos y sin responsabilidad alguna, esperando que las sociedades más ricas, las culpables de la crisis ambiental, las con más población, resuelvan el problema. El Medio Ambiente de nuestras ciudades es sensible al cuidado que le brindan los ciudadanos, respondiendo generosamente a quienes la tratan bien, o con penurias ante los indolentes.

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