viernes, 5 de octubre de 2018

Anexo al debate sobre el edificio anexo a palacio

ANEXO AL DEBATE SOBRE EL EDIFICIO ANEXO A PALACIO

Publicado en Ideas de Página Siete el 6 de agosto de 2017
https://www.paginasiete.bo/ideas/2017/8/6/anexo-debate-sobre-edificio-anexo-palacio-147097.html

Varios expresaron sus críticas acerca de la construcción del edifico anexo al palacio de gobierno, eufemísticamente denominado Casa del Pueblo[1], todas muy acertadas en especial sobre el impacto en su entorno de alto valor histórico y patrimonial.
El lenguaje arquitectónico es lenguaje porque un edificio debe parecer lo que es, decirnos de cuándo es, cómo se hizo, etc. Por ejemplo, una instalación militar debe parecerla; una estación de teleférico es inconfundible. Y más complejos: un edificio religioso debe parecerlo y decirnos a qué confesión pertenece -no es igual una sinagoga a una mezquita-. Y aún más complejos aquellos que se conciben para el poder, porque expresan cuál era el pensamiento en el momento y cómo era la relación entre poder y población. De ahí la importancia del análisis del lenguaje del objeto arquitectónico en su entorno. Apoyados en dos ejemplos de La Paz, uno negativo, y dos internacionales, veamos el desempeño del edificio anexo a palacio.
Una edificación de esta magnitud impacta directamente en su entorno más allá de su inmediata vecindad y sus calles adyacentes, en este caso de calles estrechas y sobre demandadas por vehículos y peatones. A tiro de piedra están dos ejemplos de una buena y mala relación de un gran edificio público con su entorno urbano: el Palacio de Comunicaciones en el Obelisco y el Banco Central a una cuadra.
El Palacio de Comunicaciones, diseñado por Juan Carlos Calderón, se ubica en una amplia esquina y nos muestra una generosa relación a favor de lo público, al establecer el servicio de correos de acceso sin restricciones, frente a una amplia acera. Sobre correos desarrolla una plaza elevada que permite la transición entre lo público y lo privado, dejando como telón de fondo al edificio con una relación de escala y percepción no agresiva desde el espacio público. La transición entre espacios se prolonga al interior del edificio, ya que gracias a su fachada vidriada separada de la estructura, todos los pisos están visualmente relacionados y desde los amplios corredores de cada piso tenemos la vista del interior del edificio y su también al entorno urbano. Esta obra es quizás el mejor edificio público realizado en Bolivia en los últimos 50 años.
 
 
El Banco Central, el ejemplo negativo enunciado, está a una cuadra del edificio anexo a palacio, no tiene ninguna generosidad con el espacio público y es un ejemplo de cánones anti urbanísticos. Diremos que se sitúa en la línea del lenguaje trazado por el pensamiento mercantilista, buscando el máximo aprovechamiento del predio para sí mismo y una ausencia de espacios de transición entre lo privado -de acceso restringido- y lo público. El resultado es un edificio agresivo con su entorno, que podía concebirlo cualquier institución de especulación inmobiliaria.



 
La Defense de París es un área impulsada por Miterrand para el segundo centenario de la revolución francesa, desarrollada en las afueras de París. Un edificio-escultura es el símbolo del lugar y del motivo conmemorativo: Le Grand Arch, del arq. danes Otto von Spreckelsen, destinado a las instituciones que trabajan en la defensa de los derechos humanos. Dos columnas-edificios, se elevan más de ochenta metros de altura y son unidos en su coronamiento por una estructura elevada del tamaño de una cancha de fútbol dedicada a exposiciones y eventos sobre derechos humanos. Esta cubre una gran plaza pública que rodea el edificio-escultura. La Defense es un barrio dedicado a la gestión, es peatonal y por el subsuelo circulan vehículos, trenes y metros. En su integridad expresa el compromiso del Estado con los derechos de sus ciudadanos y que ellos son la base y esencia del poder. A los socialistas franceses no se les ocurrió ocupar ningún espacio del antiguo París para este proyecto.
 
 
Caído el muro hace 28 años, Berlín se enfrentó al desafío de reunificar la ciudad y ser nuevamente la capital de Alemania y deciden intervenir en su centro histórico. Entre los innumerables proyectos realizados, está el del parlamento, Bundestag, que simboliza al Berlín reunificado, así como al sistema parlamentario, el poder alemán. Norman Foster, arquitecto inglés, consigue remodelar el antiguo edificio, dotándole de una inmensa cúpula de vidrio que cubre la sala de sesiones del parlamento y que es de libre accesibilidad al público, para que cualquiera pueda ver desde lo alto a los parlamentarios -detalle importante- y escuchar sus debates o los informes del ejecutivo. Está rodeado de amplios parques públicos y se comunica por el subsuelo con el conjunto de edificios administrativos de los parlamentarios, integrando arqueología y arquitectura. Un lenguaje que expresa transparencia, libre accesibilidad del ciudadano al poder y generosa relación con el entorno urbano.
De los ejemplos vistos, todos se realizaron con los mejores recursos tecnológicos de sus épocas, tanto en lo constructivo, como en instalaciones y equipamiento; el caso alemán incorpora tecnologías de sostenibilidad y cuidado del ambiente, que los otros no cuentan, porque son unos 20 años mas antiguos. En el Banco Central, su sistema estructural aún no ha sido superado en Bolivia.
Estos ejemplos, dirán, son políticamente incorrectos. Entonces bastaba darse una vueltita por Tiwanacu y ver la generosa, equilibrada y armoniosa relación lograda en esa época entre espacios construidos y abiertos, entre espacios públicos y privados.
¿A cuál de los ejemplos citados se asemeja el edificio anexo a palacio? Algunas de las críticas citadas, analizaron impactos negativos, como de la proyección de sombras al entorno, del quiebre de equilibrio de volúmenes y otros aspectos técnico urbanos. En el lenguaje arquitectónico o de relación con su entrono urbano, diría que el edificio anexo a palacio, es similar al Banco Central, el ejemplo negativo analizado porque su relación con el entorno urbano no tiene ninguna generosidad y en su lenguaje arquitectónico parece una obra especulativa inmobiliaria. Es previsible que, desde el mismo día de su inauguración, la velocidad del tráfico vehicular de las calles Potosí, Ayacucho, Mercado y Colón, será menor a los actuales 5 Km/h, y que por las angostas aceras los peatones caminarán en filas interminables. Para saber si tiene concordancia con el discurso de defensa de la madre tierra, habrá que ver si puede obtener algún certificado independiente e internacional de edificio sostenible o verde.
La arquitectura de buena factura es como los buenos libros. Los desacuerdos con el escritor o poeta no autorizan quemar sus libros, como no autorizan demoler edificios.




[1]Francisco Bedregal, Rolando Aparicio, Juan Carlos Calderón, Adler Guayasamin, Carlos Mesa, Agustín Echalar, entre las publicaciones más destacados.

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