Consolidar las metrópolis, una meta que aún está distante
Publicado en Ideas de Página Siete el 22 de febrero de 2015
Hasta ahora, sólo la mancomunidad
metropolitana de Cochabamba avanzó. Experiencias de Argentina y Perú muestran
que lograr una gestión metropolitana es sólo posible cuando los niveles
municipal, departamental y nacional “amplían sus visiones y aprenden a
coordinar”
La cercanía de
las elecciones municipales y de gobernadores abrió debates y reflexiones sobre
temas metropolitanos, especialmente en La Paz, para enfrentar problemas que
claramente no son posibles de resolverlos separadamente desde cada municipio,
sino que requieren respuestas conjuntas y coordinadas desde los niveles
municipales, la Gobernación y el Gobierno nacional.
Aproximadamente
el 65% de la población del departamento de La Paz vive en la conurbación
metropolitana, conformada por los municipios de La Paz, El Alto, Achocalla, Mecapaca,
Palca, Viacha (provincia Ingavi) y Laja (provincia Los Andes). El siglo XXI se
inicia con un planeta mayoritariamente urbano. Latinoamérica es la segunda
región con más población urbana del mundo, donde cerca del 75% vive en alguna ciudad
y más del 30% en alguna ciudad de más de un millón de habitantes, muchas de ellas
en la categoría de metrópolis.
Esta realidad
mundial y regional ya fue percibida en el I Foro Social Mundial de Porto Alegre
a finales del siglo pasado. En el Primer Foro Social Mundial de 2001, diversas entidades
de la sociedad civil "... asumieron el desafío de construir un modelo
sustentable de sociedad y vida urbana, basado en los principios de solidaridad,
libertad, equidad, dignidad y justicia social”, como señala el preámbulo de la
Carta Mundial de Derecho a la Ciudad, presentada en el Foro Social de las
Américas realizado en Quito y en el Foro Mundial Urbano en Barcelona, ambos
realizados el año 2004. Bolivia no participó en estos eventos internacionales y
sus repercusiones dentro el país fueron escasas, principalmente por la ausencia
de organizaciones sociales urbanas sólidas.
Conurbación Metropolitana
A fines del
siglo XX, a insistencia del Colegio de Arquitectos de La Paz, se incorporó el concepto
de "Conurbación Metropolitana” en la Ley de Municipalidades. Posteriormente,
la Ley Andrés Ibáñez señala que toda ciudad con una población mayor a 500 mil habitantes
y con un crecimiento urbano continuo sobre varios municipios, como La Paz, Cochabamba
y Santa Cruz, pueden formar Regiones Metropolitanas, Especiales y Autónomas. A
la fecha, solamente la mancomunidad metropolitana de Cochabamba avanzó, hasta el
punto de entregar el pasado año a la Asamblea Plurinacional su proyecto de
Región Metropolitana "Qanata”.
En La Paz, Juan
Del Granado impulsó una Comisión Metropolitana, pero sin resultados relevantes.
Luis Revilla conformó la Comisión de Transporte Metropolitano, cuyas tareas principales
giraron en torno al teleférico y temas de transporte público entre La Paz y El Alto.
El año 2008, Bolivia ya contaba con 47 ciudades mayores a 10.000 habitantes y
más del 45% de su población concentrada en las tres áreas metropolitanas,
conurbando 15 ciudades mayores a 10.000 habitantes: cuatro en La Paz, cinco en
Santa Cruz y seis en Cochabamba.
Si a estas
ciudades añadimos las que están entre dos y 10.000 habitantes, la población urbana
boliviana bordea el 70% del total de su población. El repunte del extractivismo
en sectores agropecuarios, forestales, mineros, hidrocarburíferos e
hidroeléctricas en áreas rurales, no retiene la migración de la población
rural, porque son actividades de alta tecnología que demandan poca mano de
obra, y además más calificada.
Problemas y desafíos
Los procesos de
urbanización, y específicamente el fenómeno de metropolización latinoamericano,
reflejan una enorme similitud de problemas y desafíos que ya no son posibles de
resolverse desde el margen estrictamente municipal.
Requieren la
concurrencia de todos los niveles de gobierno, ya que abarcan a la mayoría de
la población para enfrentar sus tres grandes desafíos: desarrollo sostenible en
su concepción más amplia, medio ambiente como tema específico y ciudadanía.
Las
concentraciones metropolitanas visibilizan intensamente los problemas de
gestión y organización de todos los niveles estatales, tropiezan con
dificultades en conciliar intereses múltiples de actores políticos,
territoriales y funcionales.
Se abre una
enorme brecha entre la vivencia cotidiana del ciudadano metropolitano y las organizaciones
políticas, que no encuentran respuestas de gestión a esta realidad. Tanto en
Bolivia como en Latinoamérica, los municipios menores temen ser absorbidos y avasallados
por los mayores, mientras los grandes no ven con buenos ojos transferir recursos
a los menores, y todos ellos dependen de transferencias de los otros niveles de
gobierno, que tampoco tienen capacidad de enfrentar esta realidad.
En algunas
metrópolis, donde la oposición política al gobierno central se hace fuerte, las
tensiones entre ambos alteran la gestión en los temas concurrentes o
transferencia de recursos. Por su parte, los ciudadanos temen que la gestión
metropolitana sea un gasto superfluo, especialmente si la eficiencia de
servicios no mejora y se acerca al ciudadano.
Gestión
metropolitana
En la
experiencia latinoamericana de gestión metropolitana, podemos señalar dos
modelos aparentemente opuestos: el gobierno de la región metropolitana de
Buenos Aires, que es a la vez el gobierno de la provincia de Buenos Aires,
donde se transfieren competencias descentralizadas y con niveles de autonomía
desde el gobierno provincial a las comunas, (equivalentes a los municipios en
Bolivia). El otro modelo es el de Lima Metropolitana, conformada por 55
distritos (municipios en Bolivia), que transfieren competencias hacia el Gobierno
Metropolitano, para ganar mayor eficiencia e influencia en la escala metropolitana.
En el primer
caso, las transferencias de competencias son desde el nivel metropolitano hacia
los municipios y en el segundo, a la inversa, las transferencias van desde los
niveles municipales hacia lo metropolitano.
En ambos casos
el mensaje es: todo asunto que afecta a más de dos municipios es tema metropolitano.
Así, todos los municipios conurbados logran mayor equilibrio de gestión y avanzan
hacia una autoridad metropolitana fuerte y más democrática. En ambos casos
existe un mayor sentido de ciudadanía y pertenencia ciudadana. Se logra una
gestión pública coherente, mayor acceso a recursos adicionales, obras de escala
y necesidad metropolitanas y un conjunto de beneficios derivados de planes,
políticas, proyectos e inversiones concurrentes, irrealizables separadamente.
En suma, se favorece la reducción de desigualdades con servicios de calidad y
costos similares para todos.
Punto aparte
merece la experiencia boliviana, donde contamos con el ejemplo de la región metropolitana
Qanata, mencionada líneas arriba, donde participan en la gestión metropolitana
los municipios concurrentes y la Gobernación de Cochabamba en igualdad de
condiciones.
La motivación y
los desafíos que en común acuerdo establecieron los municipios conurbados como
prioritarios y estratégicos para la gestión metropolitana, se resumen en: Preservación
del Parque Nacional Tunari, Manejo integral de la Cuenca del río Rocha, Control
y regulación del suelo en el marco del ordenamiento territorial común, Manejo integral
de residuos sólidos, Vialidad y transporte de plena conectividad metropolitana,
Saneamiento de aguas servidas y descontaminación, Planificación y ejecución de
proyectos de impacto, Normas metropolitanas para unificar el desarrollo
territorial, Gobernabilidad y fortalecimiento institucional de los municipios
concurrentes, y Articulación en la dinámica metropolitana de la realidad
agrícola de la región metropolitana.
Estas
experiencias, de las múltiples que nos aporta Latinoamérica, nos muestran que lograr
una gestión metropolitana es posible cuando los niveles de gestión municipal, departamental
y nacional amplían sus visiones y aprenden a coordinar.
No es
suficiente que en las propuestas de los candidatos a los diferentes municipios
se mencione lo metropolitano aisladamente como una palabra sin contenido. Se
requiere que los candidatos a la Gobernación tengan propuestas claras sobre el
tema metropolitano, sobre todo de aquellos cuyas organizaciones postulan
candidatos municipales y departamentales.
Los votos de los
ciudadanos del área metropolitana de La Paz representan más del 60% de los
electores departamentales para gobernador, es decir que tenemos la llave de su elección
y es tiempo de exigir respuestas a nuestras necesidades y demandas de orden metropolitano,
que nos permitan vislumbrar un mejor horizonte para quienes vivimos en la
metrópoli paceña.
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